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Introducción

Las artes plásticas del siglo XX, hasta los inicios de los 80, fecha que inicio como artista plástico ya había dejado un inmenso legado a la humanidad. Los diferentes movimientos artísticos y vanguardistas ya casi habían llegado a su final, solo el popart, el cinetismo, el minimalismo, el neo conceptualismo y el eclecticismo me tocó vivir, concluyendo así una serie de “ismos” que han transcurrido durante el siglo XX. En América Latina estos últimos movimientos nos llegan más tarde que en Europa y Estados Unidos debido a tres factores: 1.- Ha seguido el destino del Arte Universal; 2.- No es original en la raíz pero si en las derivaciones; 3.- Tiene características muy latinas pero muy universales.

A  partir de 1922 se adquiere una conciencia latinoamericana en el arte del siglo XX con el muralismo mexicano, basados en el expresionismo como corriente moderna que lo traen a América y le dan características propias, impulsado por el idealista socialista José Vasconcelos, donde se destacan tres grandes muralistas como son: José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. De esta escuela muralista expresionista se derivan tendencias como el indigenismo y el costumbrismo. En estas tendencias nos representan José Sabogal y Julia Codecido de  Perú; Eduardo Kingman, Oswaldo Guayasamín, Camilo Egas de Ecuador; Carlos Correa, Ignacio Gómez Jaramillo de Colombia; Francisco Zúñiga de Guatemala; Armando Raberón de Venezuela y Amelia Peláez de Cuba.

Luego de un marcado nacionalismo sale a la luz el mexicano Rufino Tamayo cuyas ideas son partir de lo nacional a lo universal siendo un representante latino con lenguaje universal, siguiéndoles con similar visión el cubano Wilfrido Lam, el guatemalteco Carlos Mérida, el chileno Roberto Mata y la mexicana Frida Kahlo.

Influenciados por tendencias europeas de la abstracción figurativa y geométrica, nos representa el uruguayo Joaquín Torres García, considerado el padre del abstraccionismo en América Latina; figuran en esta tendencia Abraham Fernando de Szyszlo Valdelomar de Perú, Alejando Obregón de Colombia, Enrique Távara de Ecuador, Omar Rayo de Colombia, Arcángel Ianelli de Brasil y Gunther Guerszon de México.

El Pop Art nace en los 50 en Inglaterra y el los 60 en Estados Unidos basado en formas ópticas o cinéticas. Esta tendencia tiene gran resonancia en Argentina, y Venezuela, con gran representación, pero que también avanza por toda América Latina.

En 1960 se nota un regreso a la figuración, ahora a la nueva figuración, se oponen a la abstracción y al muralismo mexicano, luchan por la situación social, renace la denuncia social y acontecimientos de la época como fue la Revolución cubana en 1959; la noche de Tlatelolco en México en 1968 donde mueren cientos de estudiantes, en 1973 Salvador Allende fue elegido presidente de Chile y el mismo año fue asesinado, luego se da la dictadura más larga de América con Augusto Pinochet. Es entonces Francisco Bacon el que da la pauta y basados en todos estos acontecimientos, donde a través de la distorsión, critican y satirizan a la sociedad. Todo aquello se condensa en el neo expresionismo  o nuevas fieras. Algunos artistas vuelven al hiperrealismo y foto realismo.

Debo destacar que mis inicios fueron a principios de los años 80, surge la llamada posmodernidad caracterizada por el retorno a la figuración, al eclecticismo de los lenguajes, aparecen numerosos “neos” como el neo conceptualismo, neo figuración, neo geometrismo, expresados en grandes formatos y el tratamiento libre del color.

Ya en las primeras décadas del siglo XXI se ve claramente un retorno con mayor fuerza, al neorrealismo e hiperrealismo, la abstracción y el neo conceptualismo, esto me lleva a señalar que en la actualidad el arte está dividido en: ecléctico, que mezcla y selecciona lo mejor de los diferentes movimientos y autores; el Neo Conceptual, con un amplio abanico de propuestas como es el arte VIP el ready made, la fotografía, el video arte, etc. y el Arte Ancestral, basado en las manifestaciones culturales propias de su pueblo con sus signos y símbolos referentes a cada cultura de su nación.

Personalmente antes de los 80 ya había incursionado en el estudio del arte con el dibujo y la pintura básicamente, la investigación, la lectura y la práctica cotidiana. Como todos empezamos influenciados de algo en mi caso sentí el impulso que me dio Vincent van Gogh, los impresionistas, Picasso, los muralistas mexicanos y el indigenismo en general.

Detrás de estas influencias aún estaba latente en la sociedad la Segunda Guerra Mundial, la Revolución cubana, la muerte de Allende y la dictadura chilena, la novela “Las cruces sobre el agua” de Joaquín Gallegos Lara, la noche de Tlatelolco en México de 1968 donde masacraron a ciento de estudiantes, entre otros acontecimientos que aun  rondaban en las mentes de los intelectuales del momento.

En 1982 conocí a Gerardo Sáez Muñoz, artista chileno que había salido a partir de la dictadura de Pinochet, un idealista socialista con quien compartí el taller de artes plásticas CUDIC de la UNL,  fue también en cierto modo quien me influyó ideales progresistas, de ese socialismo propio de Marx y Engels; esto influye en los contenidos de mis primeras etapas; que luego en las subsiguientes van ya marcando un estilo y factura propio. Debo decir también que en algunas etapas, he seguido el movimiento de la pintura de las corrientes del momento como son: el magicismo, el arte matérico, el abstraccionismo y el eclecticismo, corrientes pictóricas que sobre todo en América Latina estaban en auge.

En algunas presentaciones  me han denominado que soy un defensor de la humanidad y yo le agregaría de la ecología, toda mi pintura sintetiza esa cosmovisión humanística, defiendo a la problemática social del hombre universal, aunque en la actualidad no comulgue ni con la izquierda ni con la derecha, promulgo un eclecticismo ideológico es decir seleccionar lo mejor de estas dos tendencias y ponerlas al servicio del pueblo, donde nos permita progresar y desarrollarnos.

Para entrar en la sexta etapa de mi pintura, tuve que reflexionar profundamente, porque no quería regresar a mi pasado pictórico,  si se hace un análisis técnico, mi obra empieza con un realismo a veces académico y va progresando hacia una deformación y posteriormente abstracción figurativa por lo que decidí entrar a una etapa ecléctica abstracta, argumentada, en seleccionar lo mejor de mis etapas, con toda esa semiótica de signos y símbolos, de colores y formas propias de mis propuestas y con una expresividad abstracta, presentar algo nuevo para mí y la sociedad.

El eclecticismo escoge concepciones filosóficas, puntos de vista, ideas y valoraciones de entre un conglomerado de expresiones, es un enfoque conceptual, que no se sostiene rígidamente sino que se basa a múltiples teorías, estilos, ideas, para obtener información complementaria de un tema; seleccionando además  lo mejor de los diferentes movimientos pictóricos  o de sus representantes y hacer un estudio bajo nuestra propia concepción.

El eclecticismo además se caracteriza por rechazar el sectarismo y el dogmatismo, tiene una actitud conciliadora, tolerante y moderada, posee un criterio de verdad que justifica la pluralidad de verdades y busca la armonía entre posiciones aparentemente antagónicas.

En este contexto  introduzco esta trayectoria y propuesta plástica a la sociedad, para que ella pueda juzgarla en el ámbito del arte universal.

Ángel B. Aguilar M.

 

 

 

ÁNGEL AGUILAR EN MÉXICO

  

 

 

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