En 1985, el grupo de muralismo pasa a denominarse "Grupo de Artes Plásticas Eduardo Kingman", co la dirección del artista plástico Salvador Villa, efectuó algunos cambios sustanciales, como nombrarme subdirector de la sección; la visión del grupo pasa a romper fronteras provinciales ejecutando una serie de exposiciones Nacionales e Internacionales.
En este año inicié la segunda etapa denominada "La esencia humana" porque los elementos principales de la composición de la obra estaba conformada por Rostros, Pies y Manos; obras de gran formato que constan alrededor de 250 obras.
Realmente admito tener en esta etapa influencia del indigenismo ecuatoriano, puesto que este movimiento estaba en apogeo estético, pero estos elementos que yo los conjugaba en mi obra tienen una personalidad propia, una visión particular de lo cual yo quería hacer notar que no sólo con el cuerpo humano nosotros antropológicamente podemos expresar nuestra situación socio cultural; a través de la esencia humana; se puede expresar un mundo visible de nuestra idiosincrasia Latinoamericana, como son el caso de las obras: “Sin pan”, “Sin techo” y “Sin empleo”, “Crucifixión Obrera”, “Reconstrucción social”, entre otras.
Sus características son eminentemente de "denuncia social" no obedecen a consignas políticas porque yo me considero independiente, pero mi posición como artista plástico tiende hacia los fundamentos Bolivarianos.
Con estas obras conseguí a más de algunos premios, buenos comentarios y ha sido difundido en todo el Ecuador y países como: Perú, Colombia, Brasil y han pasado a ser parte de colecciones públicas y privadas de países europeos.
En el resplandor de la esencia de mis pesares, constan los rostros, los pies y las manos con ellos me guío, me enfado y me estremezco, me aliento y me desvelo; recordando cuando niño caminaba pies descalzos sobre las filudas piedras de un largo camino.
Es aquello que me llevó a pintar esta serie, descifrando en ello parte por parte la vida del hombre que vive – LA REALIDAD DE LAS COSAS Y NO LAS COSAS DE LA REALIDAD -; de aquel hombre que quiere firmemente salir de su anquilosamiento hacia el espacio, que quiere liberarse y desgarrar sus viejas huellas, a través del paso dialéctico del movimiento de su pesar; de ese hombre que sus venas se han retorcido por el peso del tiempo y del espacio y que jubilosamente impregnado en los lienzos se defienden. Porque creo que en el arte no pueden ofrecerse experimentos ni todo lo que contenga pintura se lo llame cuadro; o como manifiesta Pablo Picasso “el artista es… un hombre que participa de los acontecimientos del mundo… no, la pintura no está hecha para decorar apartamentos. Es un instrumento más de combate contra los enemigos del progreso de la humanidad”.
Porque se debe tener muy presente que el cuadro es la forma superior de auto expresión del pintor, es su pensamiento traducido en imágenes y por consiguiente el cuadro como tal casi desaparece de las exposiciones, pero también por objetividad el cuadro debe permanecer en la pintura.
En estos lienzos expreso el Realismo Social porque creo que sólo el realismo, en su opinión, es capaz de expresar el mundo interno del hombre, no es un mero movimiento o estilo, es un método dialéctico de trabajo.
Esta obra parte de una serie de 250 cuadros, dedicada a mi pueblo, porque aquella no es mía, es patrimonio suyo y por lo tanto, puede juzgarla a su manera, si hay arte o no, porque yo solo presento mi resultado.